Ah los niños...tan inocentes, a veces hacen cosas que uno no comprende. Es que con los años los adultos olvidan que fueron niños.
De vez en cuando, salgo con mi cámara y suelo encontrar personas que huyen de mi lente, otras no tanto. En este caso, hablemos de las segundas, que también son niños. A ellos los encontré mientras caminaba por la George Washington entre D'Luis Parrillada y el Obelisco Hembra. Yo observaba el mar, algunos bañistas en Guibia y luego llamó mi atención las voces de unos niños que se escuchaban cerca pero no estaban a la vista. Los oia reir entre el sonido del oleaje, observaba con intriga a mi alrededor, las rocas, el inmenso mar, y me iba acercando a la orilla tratando de encontrar la fuente de aquellas voces. Jamás pensé que los encontraría allí, es más, ni siquiera sabía de la existencia de aquello. En la parte baja de las rocas, justo donde el mar y las rocas se encuentran, esas rocas tienen una forma cóncava, supongo que por la acción de las olas que constantemente chocan y el agua se mueve hacia arriba y abajo para luego retroceder y volver a golpear.
En fin, eran tres niños que al verme mirándolos, yo tratando de que mi asombro fuera lo menos evidente posible, comenzaron a posar para que yo les tomara fotos, pero yo estaba embobado con el arrojo de aquellos niños, el peligro de lo que hacían y ellos no se si por ignorancia o porque simplemente entienden que tienen la situación controlada (estaban como si nada!), no entendí las señas.
Dios que peligro! No sabía que las rocas fueran así ahí debajo. Esos niños son locos?! Wao que sorprendente. Dónde están los padres de esos niños?! Me están haciendo señas. Pueden caerse! Cómo pueden bajar hasta allá? Y así una retahíla de pensamientos que no me permitian escuchar ni atender a otra cosa. Luego, se acercaron a mí, me resultó hasta gracioso el darme cuenta de cuanta confianza tienen.
Extrovertidos sin temor a dirigirse a un adulto extraño (yo) mas sin perder esa actitud infantil de niños que juegan y se divierten. Primero el más chico de estatura me pidió que lo retratara, de inmediato posó como artista de hip hop o algo así. Estaba descalzo con sus chancletitas samurai en manos. Honestamente ya toda angustia y sentimientos de ira contra padres irresponsables había desaparecido. Me envolvieron con sus simpaticas sonrisas. La niña, tal vez un poco mayor que ellos posó con una delicadeza sorprendete. No le di ninguna indicación para colocarse, simplemente cruzó las piernas, manos en las rodillas y sonrió, como las princesas de los cuentos o las mujeres estilizadas de los tiempos de nuestros abuelos.
De algún modo un sentimiento de esperanza atravesó mi pecho. El futuro no me pareció tan oscuro. No recerdo ya sus nombres. Pero al ver la foto una sonrisa adorna mi cara. No se si les volveré a ver.
Si los ves, diles que los viste en una foto, en internet. Que conoces la breve historia de cuando vieron a un hombre, delgado de piel clara con una cámara...y luego le dijeron: Señor una foto! y no te sorprendas cuando te digan lo que me dijeron luego: Deme 10 pesos!
Si los ves, diles que los viste en una foto, en internet. Que conoces la breve historia de cuando vieron a un hombre, delgado de piel clara con una cámara...y luego le dijeron: Señor una foto! y no te sorprendas cuando te digan lo que me dijeron luego: Deme 10 pesos!
Ah, a propósito, el 3er niño, con cara menos inocente, es el que sale en medio en la foto inicial y luego en la siguiente donde verás a qué me refería.
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